Tecnología y Reducción de la Pobreza

Domingo Páez
Domingo Páez

La reducción de la pobreza y la desigualdad social en la Republica Dominicana, lejos de reducirse, parece incrementarse a pesar de que el país debe cumplir con los objetivos del Milenio.

Dos puntos esenciales me motivan a escribir este artículo. Como radioyente esporádico del programa El Gobierno de la Tarde, el primero es sentir la impotencia de aquellos conciudadanos que expresan sus necesidades por medio de un programa tan escuchado, sin importarles que su dignidad descienda al fondo, pues ante sus necesidades imperiosas, se antepone su supervivencia. El segundo punto lo conforma el equipo que maneja este espacio, específicamente la energía patriótica que el Sr. Domingo Páez, de manera genuina, demuestra cada vez que se encuentra con cada caso.

Estos casos oscilan desde la petición de un clavo ortopédico, de algún tipo de medicina, de materiales gastables para que le puedan practicar una cirugía, un empleo, un reclamo de justicia porque un Fiscal o un Abogado ha abusado de la ignorancia de la víctima, o la devolución de un simple motor que por meses ha sido incautado por algún destacamento policial cuyos miembros son incapaces de ser sensibles o porque de igual forma lo necesitan, y bajo el PODER DE UN UNIFORME MILITAR, parece ser que es más fácil apropiarse de lo ajeno.

Como dije antes, para los más afortunados es fácil enviar una que otra remesa, con lo cual no siempre estoy de acuerdo puesto que de alguna manera se colabora con el incremento del desacato que los responsables gubernamentales practican sin piedad. El hombre y la mujer no deben ser adiestrados por las dádivas. Para detener esta práctica parasitaria es preciso exigir a aquellos que manejan nuestros fondos que deben desacostumbrarse del usufructo ya que esto solo incrementa la desesperanza, el caos, y el divorcio de la dedicación que se requiere para adoptar el conocimiento de las ciencias y las tecnologías que se desarrollan para incrementar, no solo la productividad del hombre y la mujer, sino acelerar su movilidad social y por defecto su libertad financiera. Es fácil ayudar a un ciudadano en necesidad, pero es muy cuesta arriba verificar que mientras hacemos este esfuerzo hay un funcionario llevándose justamente ese fondo fundamental. De manera casi culturalmente impune.

Y esta práctica debe terminar en alguna forma. Recordemos que hace una década, los líderes mundiales adoptaron la Declaración del Milenio ante la ONU la cual dicta que estas naciones conlleven una alianza mundial para reducir la pobreza extrema, y el establecimiento de una serie de objetivos con un plazo hasta el 2015 – Objetivos de Desarrollo del Milenio. Y tienen como meta:

  • Erradicar el hambre y la pobreza extrema
  • Lograr la educación primaria universal
  • Promover la igualdad de género y autonomía de la mujer
  • Reducir la mortalidad infantil
  • Mejorar la salud materna
  • Combatir el VIH / SIDA, el paludismo y otras enfermedades
  • Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
  • Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Si bien ha habido algunos avances, el proyecto de alfabetización por ejemplo, hasta el momento ha sido desigual, pues si tomamos como un muestreo estadístico la cantidad de personas que visitan este programa radial, donde su conductor establece hasta el lugar geográfico desde donde llegan, su tono y forma de pronunciación, podemos concluir, aun sea con una simple hipótesis, que la pobreza y por su puesto la falta de una educación técnica en la inmensa mayoría de los casos, sigue siendo mayor en las áreas rurales y no muy rurales de nuestro país, donde cientos de miles no tienen acceso al agua potable, electricidad, y comunicación oportuna.

Sin embargo, los avances en los campos científicos como la electrónica y la nanotecnología, los cuales son cada vez más fácil de adquirir, podrían proporcionar tecnologías para aliviar la pobreza en muchos frentes, siempre que puedan ser implementadas apropiadamente. Para que todo esto pase de ser solo una quimera, se requiere que primero el pueblo se arme del poder que brindan las ideas y luego de personas que acepten el concepto de la innovación para beneficiar la vida de las personas más pobres, cuyas necesidades sean priorizadas, y luego la creación de programas que traigan como resultados la creación de soluciones de una manera adecuada en tres etapas esenciales: la generación de energía eléctrica, incremento de la agricultura, y el suministro de agua potable.

Para que estas tres etapas sean posibles, es necesaria la inclusión de todas las universidades, la participación leal del sector privado, y el decreto del Presidente de la República exigiendo que estos sectores presenten sus ideas, pues parte del subsidio gubernamental que se les asigna por medio del pago de nuestros impuestos, es justamente para que igual aporten en la fábrica de una mejor sociedad.

Necesitamos la tecnología en cada aula y en cada estudiante y la mano del maestro, porque es la pluma y el papel de nuestro tiempo, y el lente a través del cual experimentamos gran parte de nuestro mundo.