Sistema 911 RD!
En televisión nacional, el mismo Presidente de la República, licenciado Danilo Medina Sánchez, anunció que nuestro país se tecnifica para implementar un sistema de manejo de las emergencias que masivamente ocurren cada hora a escala nacional. Es un proyecto decisivamente ambicioso e irrevocablemente complejo.
En su uso menos efectivo, este sistema puede ayudar a salvar vidas, lo más preciado de cualquier ser humano; por lo tanto, es de suprema importancia que dicha ejecución sea efectiva desde el primer día de operaciones.
Nuestra sociedad y los líderes que guían el deseo de las mayorías, luego de saludar esta trascendental y costosa iniciativa, deben exigir que el mismo sea lo más incluyente posible. Pues no es un regalo que recibimos, sino un servicio obligado por el derecho que nos da todo lo que pagamos en impuestos.
En los Estados Unidos, donde reside una gran cantidad de dominicanos, y tomando como ejemplo experiencias cercanas, confesamos que en más de una ocasión hemos tenido tiempo de llamar al 911, a Dios las gracias, para salvar la vida de nuestra propia madre. Qué gran alivio se recibe cuando llega esa ambulancia en minutos, cuasi un hospital móvil con varios paramédicos entrenados y equipados “hasta los dientes”, sensibles al paciente y respetuosos con la familia; computadoras en mano con acceso remoto a bases de datos donde existe el historial médico del paciente y se mantienen en constante comunicación con la central para validar los fármacos a suministrar.
Y luego de practicarle varios electrocardiogramas, en la misma casa, mas la aplicación intravenosa de medicamentos correspondientes al cuadro clínico, que patriótico se siente escuchar cuando te dicen firme y decisivamente: “Ella va a estar bien, pero tenemos que llevarla al hospital para que sea rectificada por un médico primario o un especialista”. ¡Y qué respiro más agradable se apodera de uno; cualquiera desearía pagar más dinero en impuestos!, ¡Solo me bastó hacer una simple llamada!
Como un toque de poesía política y un significado más histórico y genuino; ya que la designación de estos dígitos (9-1-1), no es dependiente de equipo alguno, me hubiera gustado ver que los números hubiesen sido otros tales como “227”, en referencia a nuestra Independencia Nacional, u otros relativos a Luperón, Duvergé, Hermanas Mirabal, etc.
No es nuevo lo que digo. Sydney (Australia), en el año 1957 implementó el “999”, Nueva Zelanda en septiembre del mismo año debutó con el “111” ¿comprenden la idea?
Como tecnólogo, nuestro interés no es cosmético, pero sí lo es enriquecer el conocimiento del lector que no es técnico, basado en experiencia relativa a la descomposición de requerimientos y las complejidades que rigen la comunicación digital de datos, las fases que rigen el ciclo de vida del desarrollo de un sistema, las cuales hay que definir para desarrollar e integrar exitosamente el conjunto de aplicaciones que conforman plataformas operativas, de manera que puedan incrementar colectivamente la productividad de los usuarios. Para el caso del tema en discusión; automatizar la correlación y el movimiento de información entre las ambulancias, bomberos, policías y posteriormente hospitales públicos, y si eventualmente existiera alguna legislación para preservar la vida de un ser humano, la inclusión de clínicas u hospitales privados.
Pero independientemente de la complejidad del sistema, para el ciudadano debe ser algo muy fácil de ejecutar, con la finalidad de recibir ayuda de acuerdo al tipo de emergencia que se reporte en el momento. A menos que la oficina gubernamental encargada del proyecto haya publicado otros métodos, la participación del pueblo debe consistir en los siguientes pasos:
- Ser específico con la descripción de la emergencia (conocer sus alrededores es esencial para orientar al operador 911).
- Mantenerse calmado y respetuoso con el operador 911 para, que puedan interactuar debidamente y este último pueda enviar la ayuda específica.
- Ser cuidadosamente proactivo durante la emergencia hasta que los profesionales lleguen. ¡Si y solo si hay pruebas irrefutables de que el sistema funciona!
Y para que el sistema de emergencia sea efectivo tiene que permitirle al operador 911 ejecutar tres funciones fundamentales:
- Reconocer cuando alguien marca el 911 desde cualquier tipo de teléfono y lugar del territorio nacional.
- Redireccionar la llamada al centro de respuesta más cercano al solicitante, basado, por supuesto, en la ubicación geográfica del origen de la llamada. En los próximos artículos abarcaremos como se manejan los Geoarchivos.
- Notificar a la agencia apropiada (ambulancia, bomberos, policías, o las tres al mismo tiempo), para que puedan manejar la emergencia en apenas minutos, mientras se mantiene en comunicación con el solicitante hasta que la ayuda llegue.
Ahora bien, el desafío es integrar y automatizar el conjunto de procesos que demandan estos tres pasos, donde cada agencia tiene requerimientos condicionales, y por lo tanto se hace obligatorio que los encargados del proyecto describan públicamente cómo se va a coordinar y manejar la interdependencia de estas durante todo el proceso con un mínimo margen de errores.
Se estima que el 911 entra en producción en mayo de este mismo año, como lo afirmara el mismo presidente Medina. Con todo el respeto que amerita su persona e investidura, percibimos que ahí es justamente donde radica la duda o la desconfianza que muchas personas expresan, incluyendo comunicadores prestigiosos, y con sobrada razón, porque todavía no se ha visto una explicación oficial o demostración irrebatible, de que este servicio va a funcionar debidamente en todo el territorio nacional.
Solo por nombrar una instancia, si yo formara parte del equipo estratégico que diseña la plataforma, recomendaría públicamente que los operadores 911 sean totalmente entrenados para manejar emergencias médicas o que sean enfermeras/os, porque ya gozan de esa experiencia. ¡Eso elevaría la moral de estos profesionales que todavía estén desempleados!
¿Pero quiénes serán los operadores 911 y con qué certificación cuentan? ¿Dónde se están entrenando? ¿Quién dirige el adiestramiento? ¿Cuándo el pueblo comenzará a recibir esa información? ¿Cómo están equipadas las ambulancias? ¿Cómo se controlará el inventario de los fármacos en estos vehículos, vitales para que las ambulancias no solo sean un taxi? ¿Cuántos paramédicos tenemos disponibles las 24 horas? ¿Cuántas emergencias al mismo tiempo puede realizar el sistema y los hospitales manejar exitosamente?
Debo expresar que aprecio la voluntad y valentía del Presidente, quien parece ser sensible a esta necesidad nacional; pues embarcarse en el desarrollo de un sistema tan complejo, dada la visibilidad y el impacto que tiene en el pueblo, requiere de mucha voluntad política, ser muy responsable y estar muy seguro de lo que se está haciendo.
Por ejemplo; otro beneficio colateral es que muy pronto los hospitales no se podrán negar a recibir a un paciente por más grave se encuentre y que llegue por vía del 911, ¿Podría esto poner fin a la práctica de quienes niegan haber recibido un paciente grave el cual muere por pura negligencia o discriminación económica? Esperemos que sea así.
En artículos subsiguientes entraremos en la parte técnica, donde explicaremos el movimiento de la data de un módulo a otro para que el sistema de comunicación y manejo de emergencias pueda ayudar a salvar una vida; que puede ser la suya, la de su hijo, su esposa, su hermano, un transeúnte cualquiera, o su vecino.